sábado, 21 de julio de 2018

Viaje Familiar 2009



                  VIAJE FAMILIAR 2009  A ORL/MIA


Deseo escribir estas notas porque no quiero que se me pierdan con el tiempo los recuerdos tan lindos del viaje que hicimos a Orlando y Miami con toda la familia, quiero decir con Rossy, Wilfredo, Jeannette, Nicolito, Carlita, Cristóbal, Zafiro y Amandita. También deseo que mis nietos recuerden este viaje y los que están muy chicos puedan informarse por medio de este escrito.

Todo empezó alrededor de un año antes, recuerdo que en un rapto de entusiasmo invité a Nicolito a ir conmigo a Miami. Yo no soy muy dado a los raptos de entusiasmo Nicolito, así  que hay que verlo como algo muy bueno y positivo. Bueno, el asunto es que Wilfredo Jr, con cierta reticencia aceptó que hiciéramos el viaje, pero con el paso de los meses, cuando conversaba con Nicolito y le preguntaba si creía que efectivamente el papá le daría permiso al momento de la verdad, él me decía que en realidad estaba casi convencido que al final Wilfredo no lo permitiría. Considerando además que si finalmente consiguiera viajar con Nicolito, debería más adelante hacerlo con Carlita, ahí me di cuenta que el camino se hacía cuesta arriba. Poco a poco se fue armando en mi mente la idea de un viaje con todos, pero para ello debería invitarlos para que no se quedara nadie en el camino(claro que finalmente Wilfredo Jr. se hizo cargo de todos los gastos de él y Jeannette). Así fue como en mi cumpleaños 68, el 4 de agosto de 2008, invité a todos, incluyendo a Susan, a participar en ese viaje. La reacción fue positiva como sucede con casi  todos los proyectos que falta mucho tiempo para implementarlo, pero reconozco que sentí que el más entusiasta ante la idea fue Wilfredo Jr.

En esa noche, como es muy natural a mi estilo, esbocé un plan preliminar que consistía en que todos los pasaportes debían estar listos a fines de octubre de ese año, en noviembre se debería obtener las visas a USA, en diciembre compraría los pasajes y entre fines de diciembre y principio de enero de 2009 reservar hoteles para ambas ciudades y el viaje comenzaría a principios de la última semana de febrero 2009.

Me parece recordar que fue alrededor de octubre de 2009 que Susan perdió su trabajo y decidió bajarse del  viaje, por esa razón y la posibilidad que encontrara un nuevo trabajo y no sería posible pretender vacaciones recién empezando. Fue sabia decisión de su parte, pues al contrario de lo que yo pensaba, encontró trabajo rápidamente


Llegó octubre, luego noviembre y todavía faltaban pasaportes, creo que el de Amanda, Cristóbal y Jeannette Cruz. En diciembre todavía faltaba el pasaporte de Amanda y me ví obligado a darle un plazo a mi hija para sacar el pasaporte de la niña, si no, ellas deberían bajarse del viaje. Hay que recordar que Amandita necesitaba el permiso notarial del papá para viajar y por lo tanto para sacar su pasaporte, pero felizmente todo salió bien y ella obtuvo su pasaporte. Respecto a Cristóbal había otro problema y era que su certificado de nacimiento todavía no estaba al día, pues no indicaba que su mamá había fallecido, esto atrasó el proceso del pasaporte pero finalmente se obvió con los documentos pertinentes, pero la entrega de los pasaportes del niño y de Jeannette quedaron para el 4 de enero de 2009, fecha en la cual Wilfredo y familia estarían , por razones de trabajo, en Villarrica y planeando regresar alrededor del 15 de enero.

Todo lo anterior atrasó el proceso de las visas y tuve que tomar una decisión riesgosa, que era comprar todos los pasajes sin tener aún las visas de todo el grupo, lo cual hice en la primera semana de enero de 2009.
Por diversas razones, entre ellas exceso de trabajo de Wilfredo y Zafiro, el proceso de las visas se fue dilatando creando incertidumbre sobre el éxito del viaje. Todavía quedaban dos problemas potenciales, uno que existía el riesgo de que a Amanda no le dieran visa, por diversas razones, como que la mamá trabajaba a honorarios en la Universidad de Chile, no tenía casa propia en el país y el papá no tenía trabajo con contrato. En el caso de Cristóbal, el hecho de que el certificado de nacimiento no indicaba el fallecimiento de la mamá, podría ser un problema para sacarlo del país debido a los controles y regulaciones de policía internacional, aunque tuviese visa para USA.
En esta etapa ya analizábamos diferentes alternativas, como cambiar el destino del viaje a donde no exigieran visas y por último viajar dentro del país. También recuerdo que Wilfredo me sugirió que aplazáramos el viaje, no solo por los atrasos en su ejecución, además por el problema de la crisis financiera económica que golpeó a todo el mundo entre 2008 y 2009(más bien espero que así sea, pues empecé a escribir esto en mayo de 2009), pero me opuse enfáticamente, yo estaba obsesionado con el proyecto(Rossy sabe de mis obsesiones) y además recuerdo que dije que si no era una cosa sería otra, si lo aplazábamos , digamos un año, después no sería el asunto de la visa, pero podríamos enfrentar problemas de enfermedad o trabajo de alguien del grupo, así que teníamos que continuar si o si.

Entiendo que la última visa fue la de Amanda y fue otorgada el 30 de enero de 2009.

En paralelo, durante enero 2009, empecé a cotizar hoteles, primero en Cocha y después con Viaje Falabella, pero curiosamente ambas agencias me abandonaron, podría ser por el hecho que yo ya había comprado pasajes en American Airlines.

En febrero 2009 comencé un proceso de búsqueda de hoteles y casas por medio de Internet. Yo no soy avanzado en la tecnología computacional, recuerdo que lo más que había comprado por Internet había sido un programa antivirus de alrededor de 50 dólares. Poco a poco fui viendo que habían tremendas posibilidades de arriendo, tanto en Orlando como en Miami.

El 4 de febrero, a solo dos semanas del viaje, reservé un a casa en Orlando en Emerald Island Resort en Kissimmee, a pocas millas de Walt Disney World, en 2755 Lido Key Drive,  por el período 22 al 28 de febrero. Era una casa de 4 habitaciones con 3 baños y piscina privada.
El 6 de febrero, con la ayuda de mis dos hijos,  reservamos la casa en Miami en Colonial Villa, 2120 Hibiscus Circle, Noth Miami, por el período  Febrero 28 a Marzo 6. También era una casa de 4 habitaciones, 3 baños y piscina privada.
Wilfredo reservó en Chile una Van para doce personas, que retiraríamos y regresaríamos en Miami

Las dos semanas siguientes fueron ansiosas, especialmente para mi, y finalmente llegamos al día de la partida. El 21 de febrero tipo 6 de la tarde, Rossy, Zafiro y Amanda partimos en una Van al aeropuerto. Wilfredo y familia se fueron separados porque planeaban llegar más temprano, para tener más tiempo ante la posibilidad de enfrentar alguna dificultad con policía internacional, por la situación especial de Cristóbal.
Nos encontramos en el aeropuerto, pasamos por el counter de American y rápidamente pasamos por policía internacional. Pasamos Rossy, Zafiro y Amanda y nos quedamos observando que pasaba con Wilfredo y su familia. El funcionario que revisaba los papeles de ellos se tomaba su tiempo, especialmente con los de Cristóbal, y nosotros expectantes, hasta que por fin pasaron y todos suspiramos aliviados.

Ya estábamos fuera de Chile y nos faltaba solo entrar a Estados Unidos. He contado todo lo anterior, no como una queja de las múltiples situaciones que tuvimos que enfrentar, sino que muy por el contrario, muy satisfecho y contento porque a pesar de ellas estábamos todos juntos y listos para iniciar el viaje que había soñado, mejor dicho, que habíamos soñado.

El vuelo estaba atrasado en una hora así que decidimos cenar en un restaurant del aeropuerto. Siento que todos estábamos muy relajados y contentos, cenamos con cerveza y vino algunos adultos, acompañando una comida que a mi me resulto muy buena. Después de la cena nos fuimos a instalar en la salida de American para Miami y esperamos hasta que fuimos autorizados a abordar, alrededor de la 1 de la mañana. Fue un buen vuelo, desde el punto de vista de turbulencias y esa cosas, los niños dormían a pata suelta, especialmente los más chicos, Amanda y Cristóbal que ni se enteraron que volaron 8 horas hasta llegar a Miami.

Me parece que llegamos tipo 10 de la mañana. Después de la habitual fila en inmigración, con cierto nerviosismo, por lo menos yo, hasta que por fin dijimos ¡ Ahora si, ya entramos a USA ¡  Ahora el resto era cosa de seguir el plan y si salían imprevistos solo era cuestión de encontrarle una solución, pero ya no serían problemas legales, ni visas, ni nada de eso.

Nos fuimos en el bus de la empresa del vehículo reservado y en el lugar de retiro de la van tuvimos que esperar un buen rato, nos daban explicaciones que nos parecían inventos, que el vehículo estaba en lavado y cosas así, hasta que después de reclamar un poco nos trajeron  la van. El vehículo era un verdadero refrigerador acostado con ruedas, tenía efectivamente 12 asientos, pero prácticamente no tenía espacio para el equipaje. Afortunadamente éramos 9 y pudimos usar algunos asientos para las maletas y bolsos.  Wilfredo manejó siempre, se fue por la 95 hasta tomar  la Florida’s  Turnpike  Extensión, paramos a mitad de camino a almorzar en esos lugares típicos de los gringos donde tienen comida rápida, baños y las  tiendas con ventas de souvenirs, mapas, dulces, bebidas,etc.

Llegamos a Kissimmee alrededor de las 4 a 5 de la tarde de un día domingo. Las oficinas de la empresa que nos arrendó la casa, por supuesto que estaba cerrada, pero las instrucciones decían que debíamos buscar en un tipo de boxmail un sobre con nuevas instrucciones para continuar. Fue como la búsqueda del tesoro. Llegamos allí y ¡ Ho maravilla, estaba el sobre ¡ Lo abrimos pero no encontramos las llaves, recuerdo que Wilfredo propuso que nos fuéramos directo a la casa, pero leyendo con más atención vimos que decía que la casa funcionaba con una clave, la cual por supuesto estaba allí . Llegamos por fin, después de casi 24 horas de casa a casa.  Era realmente una hermosa y cómoda casa, tenía dos living, una amplia cocina americana entre comedor y living. Por ser el senior tenía el privilegio de escoger dormitorio y el que nos tocó con Rossy disponía de un enorme baño con yacussi y un gran walking closet. Habíamos reservado un pack con algunos comestibles, cerveza y vino, así que nos premiamos los adultos con una cerveza y los chicos con bebida. Después de bañarnos y desempacar fuimos a comprar a un supermercado que estaba cerca. ¡ Ya estábamos abastecido ¡
Wilfredo preparó una rica cena, tilapia con salsa de camarones, y la disfrutamos plenamente y esa noche supongo que todos dormimos muy bien pues nuestros cuerpos estaban algo cansados, me imagino que Wilfredo más pues había manejado como 5 horas más o menos.

Lunes 23 de febrero, despertamos alrededor de las 8 AM, tomamos desayuno y después la mayoría se bañó en la piscina que tenía agua temperada, con excepción de Jeannette, quien estaba algo enferma, Rossy y yo. Era una mañana estupenda con un cielo celeste sin nubes. Como a las 13,30 horas partimos hacia Magic Kingdom, pero primero pasamos a comprar celulares y toallas de playa.

Ya en Magic Kingdom entramos a un teatro a ver una función interactiva de “monitos”, que no nos pareció muy buenos, pero claro que si no existe dominio del idioma inglés  es difícil apreciar ese tipo de espectáculo.
Después fuimos al ver a los “Piratas del Caribe”, este si que era impresionante pues es un show visual, musical, ruidos de peleas, de asalto a un pueblo, etc, que se desarrolla mientras vamos en unos carros que simulan botes sobre el agua. En general a todos nos gustó y noté que la Amandita estaba muy impresionada.
 A la salida nos encontramos  con el comienzo de una “Parade” de noche, desfile de carros alegóricos, mucha música y personajes de Disney World bailando y cantando. Supongo que a los niños les gustó muchísimo, porque en mi caso, que no solo soy viejo sino que he visto ese espectáculo muchas veces, siento que siempre me gusta y nunca me agota. El colorido y luces con el fondo de noche era espectacular, pero también era espectacular el frío que hacía, no hay que olvidar que era invierno en el hemisferio norte.

El regreso fue muy helado y ventoso; caminata, monorriel, carros hasta los autos, pasada por el supermercado  y por fin en casa donde partimos con unos tragos con picadillo. Wilfredo preparó para la cena Rissoto con langosta, todo muy rico, acompañado de un exquisito vino blanco. Fue una linda velada, muy calida, muy conversada, con chistes incluidos y nos fuimos a la cama alrededor de la 1 de la mañana.

El martes 24 nos levantamos como a las 9,30 AM y salimos con Wilfredo a comprar al supermercado, echarle bencina al auto y activamos los celulares. Después partimos a Epcot donde entramos a la gran esfera a ver la evolución del hombre, fue superinteresante e instructivo. Después entramos al Viaje a la luna y al Mundo submarino(donde vimos a Nemo). A las 18,30 nos fuimos a casa y Wilfredo preparó tallarines con camarones que estaban muy ricos.

Miércoles 25.- fuimos  a Hollywood  y en esta oportunidad  Zafiro no nos acompañó para avanzar en sus trabajos del magíster. Rossy y yo nos hicimos cargo de la Amanda, quien se portó muy bien. Aquí partimos con el show de Indiana Jones, que fue entretenido y educativo para entender como hacen las películas, especialmente las de acción. Después entramos al “Viaje a las estrellas” que fue un simulacro super bueno, aquí me parece que Wilfredo intentó escaparse del asiento después que la barra de seguridad estaba puesta, lo hizo por debajo, pero se arrepintió y se sentó de nuevo. El video de este juego quedó bastante bueno. Por último fuimos a un show de autos, que también muestra como se hacen las persecuciones y esas cosas en las películas de acción.
A las 18 horas nos fuimos a casa, estaba muy frío y en la casa hicimos un picadillo acompañado de unas cervezas. Fuimos a cenar a la Ponderosa, comimos rico y llegamos a la casa tipo 22 horas, allí vimos lo que habíamos filmado ese día. Nos acostamos temprano, como a las 23 horas.

Jueves 26.- salimos como a las 12 horas rumbo al Animal Kingdom. Allí partimos con la atracción de los dinosaurios, era un viaje en carros que se movían por áreas muy oscuras, que de pronto se iluminaban cuando a los lados aparecían dinosaurios con sus fuertes rugidos. Amanda se asustó mucho.  La mayoría subió a una pequeña montaña rusa y finalmente participamos en un safari real que  consistía en visitar una zona de animales en un vehículo adaptado para ese objeto. Habían leones, rinocerontes, jirafas, cocodrilos,, búfalos, monos, hipopótamos, cebras,  gacelas, jaguares etc. Ese día almorzamos en un restaurant del lugar

Viernes 27.- Repetimos el Magic Kingdom solo para ver la casa fantasma. En la casa se quedaron Rossy y Jeannette Cruz, quien estaba algo resfriada. Siempre me ha gustado la casa fantasma, encuentro que sus efectos, a pesar del tiempo, todavía seguían impresionantes. La Amanda se asustó algo, pero no mucho.
Regresamos alrededor de las 14,30 horas y almorzamos un exquisito asado que preparó Wilfredo. En la tarde nos visitó Pamela con su grupo de Australia, ella es la hija de Dínora, sobrina de Alfredo/Chela, llegó con Paul, la hija de él y la hija de Pamela. Fue una linda coincidencia que hubiesen planificado un viaje a Orlando desde Australia en igual período que nosotros desde Chile.

Sábado 28.-llegó el momento de dejar Orlando y partimos en la van rumbo a Miami, alrededor de las 10 de la mañana. Llegamos  a las 16  horas y felizmente pudimos comprobar que la casa también era lindísima, tenía 4 dormitorios, 3 baños, dos livings, dos comedores y una gran cocina separando los livings y comedores. Afuera tenía una gran y linda terraza, al lado de una piscina y al frente un brazo o canal de mar, con muchas lanchas, veleros y yates. Robert, Paty, mis amigos de muchos años, llegaron al anochecer y se preparó otro exquisito asado, que fue muy conversado y disfrutado por todos. Se fueron como a la 1 de la madrugada

Al dia siguiente invitamos a mi primo Roberto Pinto con su señora Nenita más un nieto de Roberto que venía de Chile, quienes viven en Miami desde muchos años y Wilfredo se lució, como siempre, con una riquísima paella que tenía hasta langosta. Lo pasamos muy bien, mi primo es simpático y sencillo. Nos dejaron invitados a su casa a todo el familión nuestro.

El lunes 2 de marzo fuimos a pasear al Bay Side, que como su nombre lo dice es una bahía típica de Miami que esta pegada al mar y al centro de la ciudad. Tipo 17 horas de la tarde dimos un paseo en vehículo por la orilla de mar, cruzamos el puente que va a Miami Beach y tuvimos la oportunidad de ver despegar un crucero desde el puerto de la ciudad, todo adornado por un atardecer temprano del invierno de Florida.

El martes parece que lo dejamos para estar en casa y también para que cada uno hiciera las compras que quisiera. Fue la única vez que Rossy y yo quedamos solos mientras los demás se fueron de shopping.
Recuerdo una anécdota de Wilfredo, Nicolito dormía con él y Wilfredo asegura que en la noche despertó y vio a una persona o figura inclinada sobre Nicolito, quien dormía a pata suelta. Al otro día fue tema de conversación y casi todos tenían su opinión de creencias o no sobre fantasmas y casas embrujadas, el hecho es que en la próxima noche, Wilfredo y Nicolito se fueron a dormir a la habitación de Jeannette, Carlita y Cristóbal, en el suelo ¡¡

El miércoles visitamos a Roberto Pinto , llegamos al atardecer, que en el invierno de Miami no era tarde. Nos recibieron muy bien, estaba el hijo de Roberto con su señora y dos hijos, el nieto de Roberto y por supuesto Roberto con Nenita. Roberto estaba muy contento pues normalmente no reciben visitas y de pronto apareció un familión de Chile, a quienes ellos no conocían, salvo a Rossy y a mí. La comida era muy cubana o centroamericana, mucho cerdo, arroz, ensaladas, todo estaba muy rico. Al regreso a casa tuvimos una pequeña aventura pues nos perdimos, Wilfredo y yo nos reíamos de nosotros mismos pues nos calificamos de “copelota”, yo, y de “pelotas” a secas,él. Finalmente después de un viaje de unas 2, 5 horas llegamos a casa listos para dormir pues estábamos muy cansados.

El jueves fuimos a Miami Beach, bajamos a la playa donde sacamos muchas fotos y Zafiro continuó con su filmación, en realidad fue la última parte pues al ver los DVD’s allí terminaban. Fuimos también a Coconut Grove, un lugar lindo para pasear, comer, comprar, aunque es bastante caro. Hacía frío y pasamos a una cafetería donde nos servimos unos cafés o té con leche para los niños acompañados de unos ricos pastelillos. Cenamos en la casa celebrando nuestra última noche del viaje. Todos estábamos muy contentos y felices pues el viaje había sido un total éxito, lo habíamos pasado muy bien, disfrutando y viviendo como una sola y gran familia.

Bueno, queridos nietos, en realidad escribí estos  recuerdos  para Uds. y para mí y quiero decirles que este viaje ha sido la mejor decisión que he tomado en mis últimos años. Cada vez que veo las fotos y en especial cuando Amandita me pide ver los videos, “grabados por su mamá”, no me cansan, al contrario siento que revivo cada momento, me entusiasmo y emociono con ellos ¡¡¡



Tata Fleming     Julio 8 de 2009









Secuestro de Reinalda Pereira


Simón Bolívar 8800: 35 agentes de la Dina condenados por secuestro de Reinalda Pereira




Hoy 18 de octubre 2017, se publicó la condena de 35 ex-agentes de la DINA por el secuestro de Reinalda Pereira Plaza, embarazada de 5 meses, en Simón Bolívar Nº 8800.
El Ministro de la Corte de Apelaciones de Santiago, Miguel Vázquez Plaza, condenó el 12 de septiembre 2017 a a 35 ex-miembros de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA) por su responsabilidad en el secuestro calificado de la tecnóloga médica Reinalda Pereira Plaza, quien estaba embarazada de 5 meses, al momento de su detención y desaparición, en diciembre de 1976.
En el fallo (causa rol 2.182-1998), el ministro Vázquez condenó a apenas de 10 años de presidio al Brigadier de Ejercito Pedro Octavio Espinoza Bravo, Juan Hernán Morales Salgado y al Teniente Coronel de Carabineros Ricardo Víctor Lawrence Mires, en calidad de autores del delito. La Teniente Gladys Calderón y otros 16 agentes deberán purgar 7 años de presidio. Otros 15 agentes fueron condenados a 4 años de presidio por su responsabilidad en la desaparición de la víctima.
En la etapa de investigación, el ministro en visita logró establecer los siguientes hechos, ocurridos principalmente en nuestra comuna de La Reina:
La Dirección de Inteligencia Nacional, DINA, durante el primer semestre del año 1976, ocupó y habilitó un inmueble de calle Simón Bolívar Nº 8800, comuna de La Reina, consistente en una casa quinta, que fue acondicionada para su propósito de reclusión. Contaba con un solo portón de acceso, una garita a su derecha donde se hacía la guardia de puerta, una casa al fondo, una cancha de baby fútbol, estacionamientos y al lado izquierdo del predio una especie de gimnasio donde había un casino, cocina y unos camarines y baños, que se acondicionaron para ser utilizados como calabozos, inmueble en el que se desempeñó operativamente la brigada Lautaro a cargo del mayor Juan Morales Salgado y que fue ocupado como un lugar secreto y clandestino de reclusión; a dicho recinto eran llevadas personas en calidad de detenidas, para ser interrogadas bajo el empleo de diversas técnicas de apremios físicos, en especial respecto de aquellas que tenían o habían tenido militancia política adherente al Partido Comunista.
En el segundo semestre del año 1976, se trasladaron a dicho recinto las agrupaciones de la DINA a cargo de los oficiales Germán Barriga y Ricardo Lawrence, conjuntamente con sus agentes operativos, los que se preocuparon fundamentalmente de investigar, ubicar, allanar, perseguir, reprimir y desarticular a los miembros del Partido Comunista, en especial a sus cúpulas directivas, para lo cual se habilitaron dependencias provisorias para su instalación; consistentes en oficinas, un gimnasio y camarines que fueron calabozos de encierro, en donde se realizaban los interrogatorios y torturas, utilizando apremios con diversos métodos.
Reinalda del Carmen Pereira Plaza, embarazada de su primer hijo, de 5 meses de gravidez, tecnólogo médico y militante comunista, que trabajaba asilando personas, también relacionada al militante comunista Fernando Ortiz, fue detenida a sus 29 años de edad, aproximadamente a las 20:30 horas, mientras esperaba locomoción colectiva, por agentes de seguridad el día 15 de diciembre de 1976, en la calle Exequiel Fernández esquina Rodrigo de Araya, actualmente comuna de Macul. Los agentes que la detuvieron, se movilizaban en dos automóviles marca Peugeot; uno de ellos patente HLN-55, de donde se bajó un sujeto que la tomó violentamente, al dar gritos de auxilio, se bajó un segundo sujeto con el cual fue reducida a la fuerza e ingresada al interior del vehículo. La detención fue materializada en presencia de testigos que se encontraban en los diversos locales comerciales circundantes, que dan cuenta que una vez reducida la víctima y materializada la detención, el automóvil se dirigió por Rodrigo de Araya en dirección al norte.
Reinalda del Carmen Pereira Plaza fue trasladada al cuartel secreto de reclusión Simón Bolívar, donde fue vista junto a otros privados de libertad, que a su vez, habían sido detenidos por las mismas brigadas bajo la misma política operativa entre el 13 y 15 de diciembre de 1976; esto es, Héctor Veliz Ramírez, Fernando Navarro Allendes, Lincoyán Yalu Berrios Cataldo, Juan Fernando Ortiz Letelier y Horacio Cepeda Marincovich. En este lugar, Reinalda fue duramente golpeada, torturada, apremiada ilegítimamente y luego hecha desaparecer, sin que hasta la fecha se tengan noticias de su paradero.
El gobierno chileno de la época, dada las gestiones de búsqueda efectuadas por su familiares, informó que la afectada registraba salida “a pie” por el paso fronterizo de Chile con Argentina Los Libertadores, el día 21 de diciembre de 1976, versión oficial que se estableció judicialmente como falsa, según consta en proceso tenido a la vista, autos Rol 2-77, en el cual se constató que la hoja de ruta que consignaba dichas circunstancias, había sido falsificada.
La víctima fue detenida en la vía pública al igual que otras trece personas en circunstancias similares; once pertenecientes al Partido Comunista y dos al MIR y, donde la información proporcionada por el Gobierno Militar fue semejante y errada, demostrando un operativo a gran escala que obedeció a una política de investigación, persecución y desarticulación del Partido Comunista y no, a un hecho aislado.
La víctima fue detenida para ser interrogada y torturada en razón de su militancia política y, a fin de obtener información sobre sus actividades de partido y la identificación de otros miembros del Partido Comunista en la clandestinidad.
El texto de la condena, que consta de 460 páginas e incorpora las declaraciones de los imputados y de los numerosos testigos, incluyente las declaraciones de los ex-agentes que vieron y relataron como Reinalda Pereira fue asesinada con una inyección de cianuro por la Teniente del Ejercito Gladys Calderón, junta con otros prisioneros. Sus cuerpos fueron envueltos en sacos de papas y trasladados en camioneta hasta una antigua mina de la Cuesta Barriga, donde fueron tirados en un socavón. Años más tarde los cuerpos de las víctimas fueron retirados y lanzados al mar por helicóptero.
En el aspecto civil, la justicia condenó al fisco a pagar una indemnización de ciento treinta millones de pesos al cónyuge de la víctima, Maximiliano Santelices Tello . Pero este falleció de un cáncer en febrero de 2007 en su domicilio de la calle Helsby en La Reina, después de haber luchado el resto de su vida buscando a su mujer y esperando recuperar a su hijo. Murió solo meses antes que los testimonios de ex-agentes arrepentidos de la DINA dieron a conocer la existencia de la casa de tortura y exterminio, con el detalle de los horrores que sucedieron en nuestra comuna de La Reina, en Simón Bolívar 8800.
Fuentes:
http://www.pjud.cl/noticias-del-poder-judicial/-/asset_publisher/kV6Vdm3zNEWt/content/ministro-miguel-vazquez-condena-a-35-agentes-de-la-dina-por-el-secuestro-calificado-de-reinalda-pereira-plaza
http://www.pjud.cl/documents/396729/0/Fallo+Reinalda+Pereira.pdf/f952d9d9-7501-4b47-95f2-82191bb4d5f5
http://arqueologiadelaausencia.cl/archivos/reinalda-del-carmen-pereira-plaza

domingo, 28 de agosto de 2011

DERECHOS HUMANOS

COMISION VALECH

DECLARACIÓN



Wilfredo Fleming Pinto, de nacionalidad chilena, RUT 4321793-3, nacido el 4 de agosto de 1940 y domiciliado en Los Estanques 1960 Depto 201, Providencia, Santiago, a continuación declara sus experiencias durante el proceso de detención y torturas en marzo/abril de 1974 por parte de militares del régimen imperante en esa época.


El 27 de marzo de 1974 llegaron a mi casa de Reina Victoria 6450 de La Reina, Santiago, militares de civil con el objeto de llevarme para un supuesto interrogatorio de rutina. Mi señora, Juana Contador Toledo, RUT 4046749-1 los recibió y se le dijo que volverían al día siguiente y que era imperativo que yo me encontrara allí. Ingenuamente pensé que dado que no había cometido ningún delito debía estar allí para el supuesto interrogatorio de rutina.
Al día siguiente aparecieron 7 efectivos militares vestidos de civil, uno de ellos, aparentemente a cargo del grupo se identificó como militar del SIM mostrando un carne del ejército. El hacía las preguntas, era de mediana edad, delgado, de tez blanca, estatura mediana(alrededor de 1,70 mts.) y era el único de terno, el resto usaban casacas y vi algunos portando pistolas y otros armas que me parecieron ametralladoras pequeñas. Yo estaba vestido de terno y me “sugirieron” que me cambiara de ropa, eso me inquietó pero ya era muy tarde para retroceder, lo hice y me llevaron en una camioneta de color celeste con patente provisoria 70-150 de la Comuna La Cisterna( esto último lo tomé del recurso de amparo que fue manejado por mi señora y hermano Jackie Fleming). Se fueron por Irarrázabal y se detuvieron al frente del supermercado Portofino de ésa época y cerca de una comisaría, allí me vendaron los ojos con una especie de tela adhesiva y encima sentí que embetunaron con algo y después me pusieron unos lentes que supongo era ahumados. Después de unos 30/40 minutos más o menos llegaron a un lugar donde me hicieron bajar.


En ese lugar me quitaron mis pertenencias y me interrogaron sobre mis datos personales y después a empujones y garabatos me hicieron bajar por una escalera circular, por lo tanto supongo que era una especie de subterráneo. Sentí que había más gente, tropecé con una pierna de una niña que sollozaba y a su lado había otra que intentaba consolarla. Me esposaron de pies y manos a una silla y me dejaron allí. Se escuchaban gritos desgarradores provenientes de algún lugar cercano. Cerca de mí golpeaban a un hombre, lo cual repetían cada cierto rato, más tarde lo conocí en Tejas Verdes. Recuerdo que trajeron un muchacho joven, a quien también después conocí en Tejas Verdes, el cual se puso a sollozar y los individuos a cargo allí le preguntaron riéndose porque lloraba y él les pregunto si lo iban a matar, porque crees eso le contestaron, porque he notado que hay hoyos en la pared y supongo que aquí fusilan, carcajadas fueron la respuesta. Había actividad, escuchaba pasos, gritos y cada cierto tiempo volvían a golpear a la persona que estaba cerca de mí.


Después de muchas horas, no sé cuantas, quizás unas 6/8 horas , 2 individuos me llevaron a un piso superior y me dejaron en un lugar muy frío, supongo que era una especie de frigorífico. Cada cierto tiempo venía un individuo que me agarraba del pelo y me inclinaba la cabeza hacia un lado, después repetía el proceso inclinando mi cabeza en otra dirección. Después de un largo rato en esas condiciones me llevaron a un lugar cercano y allí empezó el interrogatorio. A que partido político perteneces?¡ Cuando contesté que independiente de izquierda, lo cual era desgraciadamente cierto, una lluvia de puñetes me cayó en la cabeza y al insistir en mi respuesta los golpes se extendieron por el pecho, estómago, riñones y parte posterior del cuello, mientras un individuo me tiraba del pelo para mantener mi cabeza erguida. Este tratamiento duró un buen rato, me imagino que era normal que muchos compañeros decían que eran independientes de izquierda, pero en mi caso no podía inventar un partido porque sabía que después vendrían preguntas sobre los componentes de la célula, quien era el jefe, donde nos reuníamos, etc, por lo tanto no tuve más alternativa que soportar y mantener mi respuesta. Me dijeron de que en vista de que no cooperaba tenían que hacer otro procedimiento, me desnudaron y me amarraron a una camilla, allí me colocaron alambres en los testículos, pies y en las sienes y me rociaron con agua helada. Nuevas preguntas: porque estudié fotografía, a que militares les saqué fotos, quien me ordenó tomar el curso de fotografía, porque estudié karate y todo esto en el medio de fuertes golpes eléctrico. Recuerdo que al primer golpe eléctrico mi cuerpo saltó en la camilla y se cortaron los cordeles que me ataban a ella, furiosos me ataron de nuevo con doble cordel y me golpearon con unos palos en todo el cuerpo, pero preferentemente en las piernas, a la altura de las canillas. Tenía mucho miedo de que mi esfínter anal se soltara producto de los golpes eléctricos, pues sabía que eso podía suceder y temía a la reacción de mis torturadores. Después me preguntaron quien era el jefe político en la Standard Electric, les di un nombre, pero cuando se enteraron que estaba fuera del país aumentaron la intensidad de los golpes eléctricos. Me agregaron un alambre en el pene y con cada golpe mi cuerpo saltaba y retorcía mientras veía una especie de rayo en mi cerebro. Alternaban este procedimiento con golpes de palos, siempre de preferencia en mis piernas, finalmente acepté que yo era el jefe político de la Standard Electric. Después me maltrataron largo rato y de igual manera, preguntándome ahora donde estaban las armas, como les dije que no habían armas agregaron ahora un palo o algo parecido pero con punta que clavaron entre mis costillas de la izquierda. Largo rato estuvieron en esa pregunta, siempre alternando golpes eléctricos, golpes de palo y clavazón en mis costillas. También me exigieron nombres de los compañeros de la empresa que tenían armas. En vista que según ellos no cooperaba ahora pasaron a otro método y me colocaron unas bolsas de plástico en la cabeza haciendo un torniquete a la altura del cuello. A la primera respirada el plástico se pegaba y no había aire, la angustia era espantosa y sentía como miles de agujitas se clavaban en mi cerebro. Lo hicieron unas 4 o 5 veces. Después otro tipo de preguntas como afiliación política de mi cuñado y de compañeros de la empresa. Específicamente me preguntaron que fueron hacer los presidentes de los sindicatos de la empresa a Alemania, les dije que asistieron a la reunión mundial de las juventudes. Pude comprobar que sabían bastante de mí y de mi entorno. Perdí la noción del tiempo, pero sentí como que había conocido la eternidad. Finalmente me dijeron que esto había sido solo una muestra de lo que venía, hasta que recuperara la memoria. Me vistieron y me llevaron a la rastra al lugar donde había estado originalmente y allí me dejaron esposado. No sé cuanto tiempo había pasado, quizás 2 o 3 horas, no sé.


Cuesta describir lo que mi cerebro pensaba y sentía, estaba sumido en un estado de angustia espantosa , aterrorizado, sin entender exactamente lo que estaba pasando. Al rato sentí mucho frío, luego una fiebre que me consumía y empecé a transpirar copiosamente y vomité un poco, las esposas se incrustaban en mi muñecas y pies. Pedí que me soltaran un brazo pues me dolía terriblemente un hombro, pero no me lo permitieron. La tortura sicológica de la espera era siniestra, los minutos se deslizaban como horas, a veces sentía pasos que se detenían frente a mí y mi corazón empezaba a latir con fuerza, me daba terror imaginarme una nueva sesión de tortura, con las mismas preguntas y yo con las mismas respuestas, tenía la sensación de que cuando se paraban frente a mí movían las manos alrededor mío, sin tocarme. Pensaba que si no venía una nueva tortura me matarían. Continuaban los gritos desgarradores y continuaban maltratando al que estaba cerca de mí, percibía golpes y patadas y también golpes que me parecían efectuados con la culata de algún arma grande. Parece que a pesar del tiempo infinito llegó la noche, pues noté menos actividad. En un momento de la noche escuché ruidos , sonidos, gritos apagados, sollozos que venían de un cuarto contiguo, era obvio que estaban violando a una compañera..


Luchaba con mi cerebro para no enloquecer. Intentaba comunicarme con mis seres queridos a través del pensamiento pidiendo ayuda. Era tan difícil mantenerse lúcido después de una tortura, esposado a una silla sin poder moverse, sin visión, con el cuerpo molido, escuchando como torturaban a otras personas. El lenguaje soez y vulgar de los individuos que estaban a cargo del lugar, era otro ingrediente que se añadía al horror de la situación. Cada segundo machacaba mi cerebro, y así, segundo a segundo pasaron los minutos y las horas. Rogué por agua y me dijeron que no podían dármela, que si lo hacían sin esperar un tiempo después de la tortura eléctrica podría morir, me pareció macabramente irónica esa explicación después de lo sucedido. Después de un largo tiempo, que pienso serían unos 2 días me dieron agua y me soltaron un brazo por un rato, lo cual me alivió maravillosamente.


El domingo me nombraron junto a otros 15/17 compañeros y nos tiraron a un camión, siempre vendada la vista y con las manos esposadas por la espalda. Me alegré pues no llegó una segunda sesión de tortura, pero de verdad si la tuve, pasar 3 días en un lugar como ese en las condiciones ya descritas fue una implacable tortura sicológica. Pensé que nos llevaban al Estadio Chile y me alegré, habían compañeros conocidos allí, sin embargo cuando empezó a transcurrir el tiempo, ya más de una hora, empezamos a desesperarnos todos, supusimos que nos llevaban a Chacabuco y en ese caso teníamos por delante meses, quizás años privados de libertad, si teníamos suerte. Junto al grupo iban las 2 niñas que estuvieron todo ese tiempo cerca de mí, una tenía 15 años y la otra 19. Estaba botado en el suelo y me dolía mucho el cuerpo, intenté moverme y una de ellas me permitió colocar mi cabeza en sus faldas, ella sollozaba calladamente y algunas lágrimas las sentí caer en mi rostro. Alguien mencionó a Tejas Verdes y sentí de nuevo la angustia del mundo sobre mí, sabía que era uno de los centros de prisión y tortura más crueles del país, dirigido por el tristemente famoso Manuel Contreras. Finalmente llegamos y sí, desgraciadamente era Tejas Verdes.

Después de 3 días, en mi caso, nos sacaron las esposas y las vendas y nos ubicaron en un barracón de madera cuyas ventanas estaban clausuradas. Recuperar la visión y la movilidad del cuerpo me pareció fantástico. Por primera vez nos veíamos, nos reconocíamos e iniciamos una tímida conversación. Era increíble lo distinto que era cada uno en relación a la imagen me había formado en el cerebro. Allí supe, por algunos compañeros que habían reconocido el lugar, que había estado en el centro de tortura de la calle Londres, también conocido como la “casa de música”. Uno de los compañeros, un muchacho joven, un obrero, antes había sido torturado en el Tacna durante 5 días consecutivos, acusado de posesión de armas, porque aparentemente alguien lo informó así a los militares. Otros habían estado antes en la Escuela de Aviación y otros venían de Colina.


Este campo de concentración de Tejas Verdes estaba al pie de una colina, en la cual durante las pocas oportunidades de ver el exterior pude ver a dos Cristos , uno cargando la cruz y otro ya caído. Estaba completamente rodeado de alambres de púas y en las 4 esquinas torrecillas con soldados con ametralladoras. Afuera de la entrada al campo estaba ubicada una casa de los oficiales y más atrás la de los soldados. En el interior habían dos grandes divisiones, la de la derecha tenía 9 barracones, 6 de hombre y 3 de mujeres y correspondían a los que todavía no habían sido interrogados /torturados en ese campo. En el otro lado había una cantidad similar de prisiones de madera con igual proporción de hombres y mujeres y correspondía a los ya interrogados/torturados, que esperaban su nuevo destino. En el centro del campo había un área de tierra. En la parte alta estaban ubicados los pozos negros, desde allí se podía ver hacia la derecha un trozo de la carretera camino a la costa y hacia el otro lado el río y a lo lejos el mar.


En la barraca o prisión de madera que a mí me correspondió habían 17 compañeros, dirigentes de población, dirigentes obreros, un comerciante de La Vega, un arquitecto, un Contador Auditor, un arquitecto, etc. Habían algunas frazadas, pero no suficientes, la primera noche dormí sobre el suelo sin nada con que cubrirme, así que mi sueño fue continuamente alterado por la pesadilla que estábamos viviendo y el frío de las noches de abril en la costa. Al día siguiente personal militar nos fotografió de frente y de perfil y así quedamos oficialmente registrados como” huéspedes” de ese campo .

Pasábamos prácticamente encerrados las 24 horas del día. Alrededor de las 6 de la mañana nos sacaban a correr en el área central de tierra y después a los pozos negros, donde nos permitían un par de minutos para intentar defecar, siempre vigilado por un soldado armado. Satisfacer esa necesidad biológica en esas condiciones era sumamente difícil, en primer lugar porque en el borde de la madera de la letrina pululaban miles de gusanos blancos, por lo tanto la única posibilidad era subirse y no tocar con el cuerpo esa área, después está la situación de un soldado armado que te está mirando y por último el escaso tiempo que te permitían. Habían compañeros que solo podían defecar cada 10 días.
Dos veces al día nos traían un plato de porotos o una sopa de arroz con algo que nunca supe que era y que tampoco nunca intenté averiguar, esto sucedía entre las 12 y 13 hrs. y luego entre la 18 y 19 hrs. Alrededor de las 19 y 19,30 hrs. nos permitían la última salida a las letrinas por un máximo de 2 minutos para cada uno y a las 20 hrs. teníamos que intentar dormir y no se nos permitía hablar, por lo que teníamos que hacerlo en voz muy baja.


Cuando llegué, los compañeros más antiguos nos contaron que Manuel Contreras recién había sido trasladado, para hacerse cargo de la DINA entiendo. Su período había sido horroroso, él había sido responsable del triste prestigio que tenía Tejas Verdes. El oficial visible ahora, de mayor rango era un teniente, quien era un hombre joven, bajo, moreno de bigotes gruesos.


El encierro, falta de espacio, de higiene hacían muy difícil la convivencia entre nosotros. Cada uno intentaba matar el tiempo como podía y de esa manera enfrentar la angustia sicológica del encierro, de la espera del interrogatorio/tortura, del incierto futuro. Uno de los compañeros con un clavo horadó la pared de madera y abrió un pequeño agujero que nos permitía observar el exterior. Así pudimos percatarnos cuando llegó un nuevo cargamento humano, en silencio y con el corazón sobrecogido nos turnamos para mirar y vimos a unos 15/18 compañeros vendados y esposados que mantuvieron contra una pared por unos 30 minutos. Aunque sea difícil de creer, aseguro que vimos a una anciana de alrededor de 80 años que los soldados tuvieron que conducirla paso a paso a la barraca que le habían destinado. También vimos a un compañero que se veía realmente mal, la ropa manchada de sangre, los pantalones rotos y sin zapatos, tuvieron que arrastrarlo 2 soldados pues evidentemente no podía caminar y lo trajeron a la barraca nuestra. Era el que golpeaban salvajemente todos los días en la “casa de música” . Había estado 10 días en ese lugar. Los primeros días solo hablaba incoherencias, estaba cruelmente torturado, sus pies eran una masa informe, sus tobillos y muñecas tenían grandes grietas pues había estado colgado por horas, amarrado con alambre, tenía el rostro deformado y el color negro violáceo le cubría el rostro y todo el cuerpo y dentro de toda esa infamia se agregaba el hecho que todos sus dedos de las manos estaban purulentos, le habían clavado astillas de metal debajo de las uñas.
Por el mismo agujero pudimos ver a los compañeros de la barraca vecina cuando los sacaban y les pasaban lista y así pudimos darnos cuenta que había un muchacho que a lo más tenía 15 años.


El segundo domingo 8 de abril tuve un ataque de pánico, pero al final de día felizmente pasó.


Las mañanas se sucedían con más rapidez, conversábamos, discutíamos y analizábamos lo que había sucedido. Sin embargo las tardes eran tediosamente eternas. El atardecer era terriblemente nostálgico, a veces cantábamos y ya a las 20 hrs. quedábamos solos con nuestros pensamientos. Recuerdo que una noche desperté y escuché sollozar al compañero del lado, era un hombre joven e inmenso, sufría, no podía dormir, me contó que había sido cruelmente torturado. En un principio había negado su militancia comunista, pero una mujer bajo tortura lo había nombrado como integrante del partido, entonces el tratamiento fue mucho más duro, lo habían colgado amarrado con alambre de los tobillos y muñecas, le golpearon los genitales, le introdujeron palos por el recto y le aplicaron golpes eléctricos. Su culpa había sido ser dirigente sindical de su industria.


A medida que pasaban los días la convivencia entre nosotros era cada vez más difícil. Estábamos irascibles y por cualquier motivo nos amenazábamos con golpearnos. Recuerdo que yo solía caminar vigorosamente en el reducido espacio de la habitación, como una forma de aflojar mis tensiones, pero poco me duraba, pues mis compañeros me gritaban y amenazaban si no paraba, en realidad tenían razón, mi paseo en esas condiciones era desquiciante. El aseo interno fue otro problema que tuvimos que enfrentar, al principio algunos compañeros no se preocupaban del tema y en varias oportunidades los reprendí, junto con otros, por tirar escupitajos a la pared. También la necesidad de defecar fue un problema, algunos, pocos eso sí, intentaron defecar en un recipiente que era para los orines, y la mayoría nos opusimos a ello pidiéndoles que aguantaran los más que pudieran ,ojalá hasta la próxima salida. Conversamos bastante el tema, reflexionando que si a las dura situación que estábamos viviendo, no cooperábamos nosotros dándole un mínimo de dignidad a nuestro vivir allí en el interior, los únicos perjudicados éramos nosotros. Poco a poco se fue comprendiendo el punto y todos cooperamos al máximo dentro de nuestras posibilidades.


A los días supe que la niña que estuvo en el centro de torturas de la calle Londres y que llegó a Tejas Verdes junto al grupo en el cual iba yo, tenía a su papá y mamá presos en el mismo campo. Era una familia de apellido Mir. Más adelante tuve oportunidad de conocer al padre, un hombre de 75 años, una vez que ya habíamos sido interrogados /torturados y enviados a la otra zona de reclusión.


El compañero que había llegado en tan malas condiciones fue recuperándose poco a poco y tuve oportunidad de saber de él y que le había pasado. Era un dentista, hombre culto, religioso, de izquierda, que había sido apresado y acusado de tenencia de armas. Había sido torturado 2 veces con un alto nivel de crueldad, él desesperado, en una oportunidad que lo llevaban al baño intentó quitarle el arma a un guardia, me dijo que su intención era que lo mataran, pero desafortunadamente en el forcejeo salió un tiro e hirió en un pie a una compañera. Desde ese día lo maltrataron a diario durante los 10 días que estuvo en la “casa de música”(calle Londres).


Parte de la tortura sicológica del campo era formarnos y leer un listado de nombres que correspondían a los que serían interrogados/torturados ese día. Cuando se llevaban a los nombrados todos quedábamos por un buen rato en silencio rumiando nuestro pesar por ellos y nuestras propias angustias. Después divagábamos sobre lo que creíamos les pasaría, lo cual era bastante masoquista de nuestra parte, aunque algunos pensaban que solo sería un interrogatorio formal. En la noche, cuando el camión regresaba con ellos pero ahora a la otra zona, todos guardábamos silencio, acompañándolos mentalmente en el dolor.


Recuerdo a un compañero, dirigente de la población La Hermida, que me contó su experiencia, a él lo tuvieron una semana en el Ferrocarrilero, alrededor de 50 personas por carro de carga, cuando lo torturaron fue principalmente en base a golpes eléctricos, que él llamaba tunazos. También recuerdo a un compañero dirigente poblacional que había sido obrero del carbón por 14 años en Lota, era un hombre macizo, bien bajo, ancho , moreno, bien fuerte en general, era un autodidacta, que contaba anécdotas sabrosas de su vida en su pueblo.


Un día se escapó hacia el río un compañero de otra barraca que seguramente estaba trastornado, lo persiguieron y alcanzaron, lo mantuvieron por 10 días a la intemperie, amarrado a una torrecilla, expuesto al sol del día y al frío de la noche. Era permitido que otro compañero lo alimentara solo una vez al día.


El martes anterior a semana santa, a las 9 de la mañana, fui nombrado junto a otros compañeros, nos amarraron las manos a la espalda y nos colocaron una capucha negra en la cabeza. El camión no demoró más de 4 minutos en llegar a donde nos llevaban, a empujones nos bajaron y empujaron por unos pasadizos húmedos que creo conducían hacia unos subterráneos, nos encerraron en un calabozo que al cerrar la puerta sonó como un recinto hermético. Al rato supe que éramos 5 y que el calabozo tenía una dimensión aproximada de 2 x 1,5 mts. Los minutos pasaban lentamente. Escuchábamos como otros calabozos se abrían y después gritos que retumbaban escalofriantemente. Yo luchaba para hablarme a mi mismo y darme fuerzas para soportar, me decía que afuera había gente que me necesitaba, como mis hijos principalmente. Con el paso del tiempo, un compañero joven empezó a gemir, tratábamos de darle ánimo pero sin mucho éxito. Poco a poco notamos que el aire se estaba acabando, empezamos a respirar con dificultad al principio, después con las bocas totalmente abiertas para tratar de capturar el poco aire que quedaba y emitiendo escalofriantes estertores productos de la tráquea y garganta apretadas. Estábamos doblados por el esfuerzo y la angustia. Un compañero, empujado por la desesperación, empezó a patear con todas sus fuerzas la puerta, al rato un guardia la abrió, lo que permitió una pequeña pero maravillosa entrada de aire. Nos insultó pero ahora pudimos soportar el resto del tiempo. Como a las 8,30 de la noche abrieron la celda y nos sacaron a empellones, fue extraño, alrededor de nosotros escuchábamos grititos y la sensación de que pequeños seres bailaban alrededor de nosotros. Supongo que todo era parte del diabólico plan para aterrorizarnos. Nos subieron al camión y nos llevaron de vuelta al campo, yo estaba contento porque pensaba que lo peor había pasado, pero si hubiese sabido que justo en una semana se repetiría lo mismo pero ahora añadida la tortura física, creo que mi cerebro no hubiese podido tolerarlo. En unas mesas ,fuera de las barracas, nos dieron comida y un sargento nos dijo que al otro día saldríamos libres , que el campo se estaba cerrando, añadió que él era de Concepción y que en los campos de concentración de allá trataban peor a los campesinos, a ellos no les permitían ni siquiera las dos salidas diarias de 2 minutos que teníamos nosotros. Esa noche no pude dormir imaginándome que al otro día estaría libre.


Desgraciadamente pasaron los días y la ansiada libertad no llegó, incluso fue peor porque durante la semana santa no nos permitieron salir por 3 días y 3 noches, porque en Santo Domingo había un motocross y mucha gente viajaba a la playa. Parece que de la carretera se veía el campo, pues bajaron las ametralladoras de las torrecillas.


El próximo martes me nombraron de nuevo, pensé que era la libertad, pero no, era un nuevo viaje al “cantagallos”. Recuerdo al desgraciado sargento a cargo, quien cuando me quitó el reloj me preguntó riéndose a que familiar debería enviarlo. Nuevamente al calabozo, siempre amarrado a la espalda y con capucha en la cabeza, felizmente junto a mi colega a quien estimaba y que tenía muy buen control. Su nombre es Humberto Ladrón de Guevara , era alto , rubio ,macizo y con un estado de ánimo excepcional para esas condiciones. Ahora a las pocas horas me sacaron y empezaron con preguntas como nombre, estatura, color pelo, color ojos,etc. y me devolvieron al calabozo. Un compañero había sido sacado y regresó torturado pues se quejaba y lo dejaron botado en el suelo. Al poco rato fue mi turno de verdad, me llevaron a un recinto que imagino grande, donde presentía que habían varios individuos, me dejaron de pie y me colocaron alambres eléctricos en los tobillos, muñecas y estómago, ahora hablé como torrente, había pensado que haría eso, hablar y hablar, diciendo lo mismo que había dicho antes en horas en calle Londres. Igual me golpearon y me dieron golpes eléctricos de larga duración cuando se trataba de las preguntas típicas de la afiliación política, donde estaban las armas, quienes era mis contactos ,etc. Cuando ésta pesadilla concluyó me llevaron de vuelta ahora al sector de los interrogados/torturados. Allí, Juan, un compañero mayor que yo, que también venía de la misma barraca anterior, me consolaba e intentaba levantarme el ánimo. Aquí conocí al padre de la niña de apellido Mir, tenía , se veía voluntarioso y firme, a pesar de su difícil situación con toda su familia allí. A los pocos días llamaron a Juan y otros para irse de ahí, espero que haya sido para obtener la ansiada libertad. Esa noche quedé triste, pero todavía estaba mi colega Humberto, conversamos mucho , él me hablaba de su familia, de sus planes profesionales, de todo, fue una larga noche y vimos su amanecer.


Al otro día, alrededor de las 9 Hrs am, llegó un cabo con una nueva lista, ahora sí me nombraron. Nos llevaron al patio, nos hicieron lavarnos y afeitarnos y después el Teniente nos dirigió la palabra por unos 15 minutos. Nos dijo que no podíamos contar nada a nadie si no queríamos que nos pesara, después nos hizo firmar 2 documentos, uno asegurando que no habíamos recibido daño alguno y en el otro nos comprometíamos a no revelar el lugar donde habíamos estado, ambos firmados como testigo por el compañero que teníamos al lado. Nos subieron al camión y miré por última vez el lugar, vi a los compañeros que quedaban y sentí una profunda pena. Entiendo que cuando llegué a Tejas Verdes éramos como 300, parece que ahora no quedaban más de 30, entre ellos el dentista y otros compañeros más mal tratados y que supongo necesitaban más tiempo para recuperarse. Espero que el compañero dentista no haya engrosado la lista de los definitivamente desaparecidos. Parece que era cierto el rumor de que iban a cerrar ese campo de concentración. También quedaron compañeros que estaban desde diciembre de 1973 ,dirigentes de una empresa, Fensa me parece, de la cual el interventor se había asilado con fondos de esa empresa. Quedaba otro compañero que siempre estuvo encerrado solo, supe que era un chofer de La Moneda, había pasado 3 meses encerrado en las bodegas del barco Lebu y torturado en innumerables ocasiones, siempre con la pregunta de fondo, donde y a quienes había entregado armas. El era de barba, había fuerza aún en él , pero con mucha tristeza en el rostro.


Felizmente en el camión de vuelta venían las dos niñas con quienes habíamos llegado. Por primera vez pude verlas, ya no íbamos vendados ni esposados, las más niña era una morena, simpática , encantadora. Ella cuando me vio me reconoció y me dijo que yo había sido quien apoyó la cabeza en sus faldas, que dado que yo estaba bajo el nivel de su cabeza, , pudo vislumbrar mi rostro por la parte baja de las vendas de sus ojos. Nos saludamos con mucha alegría y emoción. En el camino cantamos todos. Cuando llegamos a las afueras de Santiago nos dijeron que el camión estaba en pana , pasaron algunos minutos y nos empezamos a poner nerviosos, pero felizmente nos dejaron salir de a uno. Cuando me tocó a mí caminé tembloroso, deslumbrado por el sol, sin creer aún que eso estaba sucediendo, me alcanzó un compañero, era el arquitecto, con quien caminamos junto hasta la Estación Central. Allí llamé a mi señora y finalmente me encontré de regreso a casa después de un mes de pesadilla.

El epílogo de esta historia es que producto de la experiencia y por miedo a ser tomado preso/desaparecido de nuevo( conocí a muchos compañeros que habían sido detenidos más de una vez), decidí irme del país con mi familia. El dilema fue como, asilarme o intentar irnos por los caminos regulares. Lo pensé mucho y primó un sentido pragmático más el hecho que no había sido acusado de nada, por ello iniciamos los trámites para ir a vivir a Canadá. Iniciamos el vuelo de ida el 11 de junio de 1974.


Después de 5 años en Canadá y 2 en México, regresamos a Chile en Octubre de 1980. Mi hijo permaneció en Canadá, pero felizmente regreso algunos años después.




Nota.- Como agregado a esta declaración dejo constancia que al día siguiente de mi privación de libertad, el 28 de marzo de 1974, militares de civil volvieron a mi casa, allanándola por completo y llevándose múltiples objetos de valor, destacándose entre ellos, mis maquinas fotográficas, mis ampliadoras , en general desmantelaron mi cuarto oscuro. Como anécdota puedo agregar que también se llevaron mis 8 pipas, supongo que sería como evidencia de que yo era el Sherlock Holmes del contraespionaje.







Wilfredo Fleming Pinto
RUT 4321793